Las lentes esclerales son una gran solución para muchos problemas visuales, pero retirarlas puede convertirse en un momento incómodo si no se realiza correctamente. ¿Te ha pasado que sientes que la lente está “pegada” al ojo? ¿Te cuesta retirarla o incluso notas incomodidad? No te preocupes, hoy te explico cómo quitar tus lentes esclerales sin molestias con el truco de la burbuja de aire y qué debes evitar para prevenir preocupaciones y complicaciones.
¿Por qué cuesta quitar una lente escleral?
Las lentes esclerales, por su diseño, se apoyan sobre la esclera (la parte blanca del ojo) y generan un leve efecto de succión para mantenerse en su sitio. Esta succión debe ser mínima. Si es excesiva o si no se rompe antes de la extracción, pueden aparecer molestias al retirarla.
Paso a paso: cómo romper la succión y extraer la lente correctamente
1. Rompe la succión con una burbuja de aire
El secreto para retirar la lente con comodidad es introducir una burbuja de aire entre la lente y el ojo antes de intentar retirarla.
Sigue estos pasos:
- Mira ligeramente hacia arriba para facilitar la maniobra.
- Con el párpado inferior, presiona suavemente sobre la esclera (parte blanca del ojo), justo por debajo de la lente.
- No toques la lente ni presiones sobre su borde, ya que esto puede generar molestias.
- Al hacerlo correctamente, sentirás que entra una burbuja: tu visión se volverá borrosa y la sensación será distinta. Eso indica que la succión se ha roto correctamente. Cuando entre la burbuja es posible que notes visión borrosa.
2. Usa la mini ventosa para extraer la lente
Una vez hayas roto la succión:
- Coloca la ventosa en el tercio inferior de la lente.
- Si la ventosa no se pega con facilidad puedes ponerle una gota de solución salina en la copa de la ventosa para que esté humectada, de esta manera será más precisa la succión.
- Realiza un movimiento de palanca hacia afuera y arriba para retirar la lente fácilmente.
¿Y si sigo teniendo molestias?
Si sientes que retirar la lente sigue siendo difícil o molesto, puede que el problema esté en la adaptación de la lente, no solo en la técnica. En estos casos, lo mejor es que acudas a tu especialista en lentes esclerales, quien evaluará:
- La curvatura y diseño de la lente.
- El estado de tu superficie ocular.
- Tu técnica de aplicación y extracción.
Evita burbujas al colocar la lente escleral
Las burbujas bajo la lente pueden provocar visión borrosa, molestias e incluso irritación corneal si las llevas mucho tiempo. En el 99% de los casos se deben a una técnica incorrecta de aplicación.
Cómo colocar la lente correctamente para evitar burbujas:
- Rellena completamente la lente con suero fisiológico sin conservantes. Si falta líquido, quedarán burbujas.
- Pon la cabeza paralela al suelo y frente al espejo colocado sobre la mesa. Esto facilita que la lente se coloque en la posición correcta.
- Sujeta bien los párpados y no muevas el ojo. Si el ojo se mueve, es más probable que se desplace la lente y entren burbujas.
- Mantén el otro ojo abierto mientras colocas la lente. Así podrás “verte” en el espejo. Este truco mejora la coordinación y facilita una aplicación precisa.
- Recuerda que las burbujas solo están permitidas cuando las introducimos nosotros al final del día y a caso hecho para retirar la lente.
Extraer una lente escleral no debe molestar. La clave está en romper la succión introduciendo una burbuja de aire antes de retirarla con la ventosa. Además, aplicar la lente correctamente es fundamental para evitar burbujas molestas bajo ella. Y recuerda: si persisten las molestias, no lo dejes pasar. Consulta con tu especialista en lentes esclerales para una revisión completa.
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