Equipamiento necesario

Equipamiento necesario

Hoy os detallamos el equipamiento necesario para adaptar lentes esclerales. Si todavía no habéis empezado adaptar lentes de contacto esclerales pero queréis hacerlo, os resultará de gran interés esta información. Empecemos por la elección de la lente. Existen dos métodos de adaptación de lentes esclerales, de forma empírica y con caja de prueba. 

Forma empírica

Si adaptamos lente esclerales empíricamente es imprescindible conocer la sagita del segmento anterior ocular para el diámetro de la lente a adaptar. El equipamiento necesario pasa por disponer de un perfilómetro escleral o en su defecto un OCT  de polo anterior o sistema de Scheimpflug. También se puede calcular a través de moldes de impresión. Pero debido a su difícil adquisición y alto costo, lo más frecuente es adaptar lentes esclerales con cajas de pruebas.

Caja de pruebas

El uso de cajas de pruebas permite la visualización de la lente directamente y realizar cambios “in situ” durante la adaptación. A la hora de seleccionar una caja de pruebas se deben tener en cuenta varios aspectos. Hay muchos diseños y cada uno de ellos puede aportar diferentes soluciones para una misma situación. Se aconseja adquirir una caja de pruebas únicamente y trabajar todas las posibilidades que ofrece ese diseño elegido en profundidad. Solo tras completar la curva de aprendizaje y una vez que nos sintamos cómodos durante la adaptación, se recomienda adquirir otra caja de pruebas diferente. La disponibilidad de diferentes diámetros, la capacidad de incluir diseños tóricos o multifocales, la gestión de superficies prolatas y oblatas, la posibilidad de realizar microvaulting o muescas periféricas y todas las demás posibilidades futuras (control de aberraciones, etc.) nos ayudarán a elegir un diseño u otro. Aunque no es objeto de este curso, entendemos que existen otras variables para elegir una lente u otra como es la rapidez y precisión durante la fabricación, y la relación personal con el fabricante/distribuidor, entre otros.

Lampara de hendidura

Para la visualización de la lente es necesario el uso de lámpara de hendidura. La lámpara de hendidura debe tener aumentos suficientes para poder realizar la técnica de comparación del menisco lagrimal con la lente de contacto fácilmente. Los aumentos recomendables para ello varían entre 25x y 40x ya que con menos aumentos la interpretación del grosor de la bóveda se vuelve más difícil. La lámpara debe incluir filtro azul cobalto para su uso con fluoresceína (imprescindible el uso de filtro wratten para visualizar correctamente la fluorescencia de la fluoresceína).

Para comparar el espesor del menisco lagrimal (en verde por la fluoresceína) con el espesor de la lente escleral necesitamos usar aumentos. Siempre que usemos fluoresceína con filtro azul cobalto debemos colocar el filtro amarillo wratten frente al ocular para aumentar el contraste y eliminar la luz azul.

También se pueden utilizar fuentes puntuales de luz o lámpara de Burton para realizar una valoración rápida de la adaptación y comprobar, por ejemplo, si existen burbujas tras la inserción de la lente. 

Al adaptar lentes esclerales tóricas necesitamos medir el ángulo de giro de la lente. En caso necesario se debe calibrar la horizontalidad de la fuente de captura.

Ventosas

Para la inserción y extracción de las lentes esclerales debemos disponer de diferentes ventosas. Para la inserción usaremos una ventosa grande específica para lentes esclerales (también válida para lentes híbridas y semiesclerales). Esta ventosa dispone de una copa de gran tamaño sobre la cual se coloca la lente escleral, estabilizándola para su inserción en el ojo. Estas ventosas pueden ir ventiladas o no. La ventilación evita el efecto de succión que puede tener este tipo de ventosa sobre la lente y que dificultan su colocación, ya que el paciente puede tener dificultad en poner la lente y “apretar” la ventosa a la vez para eliminar esa succión.

Las ventosas de inserción suelen venir sin ventilación en su parte posterior. Si la lente escleral se queda pegada a la ventosa, debemos evitar la succión de esta sobre la lente, cortando la parte inferior.

Para la extracción de la lente se utilizan dos tipos de ventosas, la clásica ventosa de lentes RGP o la ventosa de 45o. La ventosa clásica RGP no debe estar ventilada, ya que precisamente nos interesa esa succión sobre la lente escleral para poder quitarla del ojo.

Para finalizar, necesitamos una serie de material extra de uso habitual en gabinetes. Es necesario disponer de un espejo en posición horizontal (a ser posible retroiluminado) en el gabinete de contactología para el adiestramiento del paciente durante la fase de aprendizaje para poner y quitar las lentes. No debemos olvidar tener preparado suero fisiológico monodosis, capa protectora y/o servilletas de papel, fluoresceína y los sistemas de mantenimiento de lentes esclerales.

Si te ha surgido alguna duda, puedes ponerte en contacto con nosotros, el Profesor Diego López Alcón las resolverá.

Métodos para la inserción de sus lentes

Hoy vamos a ver cómo colocar las lentes esclerales por parte del paciente. Os daremos métodos para la inserción de sus lentes. El paciente debe ser autónomo en el manejo de las lentes esclerales. Debe ser capaz de poner y quitar la lente con precisión y seguridad. Y tiene que demostrarlo. Sería una negligencia entregar una lente sin la seguridad de que va a ser capaz de actuar correctamente ante la aparición de cualquier problema. 

Comprobaciones previas

Antes de colocar la lente, el paciente debe ser instruido en la inspección de la lente y los ojos. Debe saber comprobar que el estado de limpieza es el correcto. La lente siempre debe ser aclarada con suero fisiológico sin conservante antes de su inserción. Este es el momento en el que debemos asegurarnos de que la lente está totalmente limpia y no sufre ninguna rotura. Buscar una posición cómoda, ya sea de pie o sentado (silla que se pueda nivelar en altura), en frente de una mesa que no sea demasiado alta.

Inserción

El método para insertarse uno mismo lentes esclerales es básicamente el mismo que el utilizado por el profesional, solo que el paciente debe tener la capacidad de mantener la posición inclinada mirando al espejo y los dos ojos abiertos al mismo tiempo. El paciente puede introducir la lente con el sistema de tres dedos (trípode), con dos dedos o con la ventosa. 

Método 1: Trípode

Para elegir entre un sistema u otro tendremos en cuenta la capacidad que tiene el paciente de mantener los párpados sujetos. Si le es complicado sujetar los párpados, evitaremos el sistema trípode, ya que no deja demasiada libertad en la mano que sostiene la lentilla para ayudar en la tarea. En esta técnica el paciente tendría que sujetar los párpados con las dos manos.

Método 2: Dos dedos o ventosa

Para colocarse las lentes esclerales con dos dedos o con la ventosa podemos utilizar el dedo anular para sujetar el párpado inferior y con la otra mano sujetar el párpado contrario por encima de la cabeza. Esto es importante, ya que si sujetamos el párpado superior cruzando la mano por delante de la cara, taparemos la visión del otro ojo. En la mayoría de los casos la visión del otro ojo es fundamental para obtener mayor precisión. Para ayudarlo a mantener la fijación en el espejo podemos pegar una pegatina o pintar un punto que sirva de referencia al paciente para mantener la mirada quieta.

Si el paciente tiene dificultad en insertar la lente y abrir los párpados, a la vez existen sistemas sobre los cuales se coloca la lente y así el paciente solo tiene que centrarse en sujetar los párpados y acercar el ojo a la lente (que no al revés). Al estar la lente en un soporte, el paciente solo presta atención a sujetar los párpados y acercar el ojo hacia la luz.

Cuando trabajamos con diámetros muy grandes (>17-18 mm) o cuando la hendidura palpebral es muy pequeña para introducir la lente primero hay que hacerlo bajo el parpado superior y por último bajo el párpado inferior.

Tras insertar la lente, el paciente debe comprobar que no hay burbujas bajo la lente. Si existiera alguna y tuviera un gran tamaño se notaría inmediatamente, ya que provoca incomodidad y sobre todo mala visión. La dificultad estriba en comprobar que no hay burbujas de pequeño diámetro, el paciente debe mirarse al espejo siempre para buscar burbujas incluso bajo el párpado superior.

Lo mejor para ganar confianza en el manejo de la técnica es la práctica. Con el tiempo ganará confianza y tendrá más destreza. 

Esperamos que os hayan resultado útiles estos métodos para la inserción de sus lentes. Si tienes alguna duda, déjanos tu consulta en comentarios y el profesor Diego López te responderá.

Espacio entre lente y córnea

¿Qué es la bóveda corneal?

Vamos a hablar del espacio entre lente y córnea que definimos como bóveda corneal, abovedamiento corneal, separación corneal o menisco lagrimal. Es precisamente la gran ventaja de las lentes esclerales en comparación con las lentes RGP de pequeño diámetro. Las lentes esclerales deben cubrir la córnea en toda su extensión sin tocarla. Se debe formar una bóveda entre la lente y la córnea. Por ello debemos saber en todo momento cuál es la separación que existe entre ambas estructuras. Si la separación es excesiva, podríamos tener complicaciones por una mala adaptación.

Es imprescindible controlar esta separación de forma precisa. Una excesiva separación podría afectar a la estabilidad de la lente e incluso al aporte de oxígeno. Por otro lado, si la separación es escasa, podríamos provocar trauma corneal por excesivo contacto. En un estudio realizado por Langis Michaud en 2012 se estimó que la separación ideal necesaria entre la lente y la córnea debería ser de 200 um. Para un espesor central de 250 um y un Dk de la lente mayor de 150 unidades. Si esta es la situación ideal, sería de esperar que separaciones mayores de esta cantidad reduzcan el aporte de oxígeno significativamente. Vicente Compañ en 2014 estimó la separación máxima lente-córnea obteniendo un resultado teórico de 150 um. El espesor de la lente de 200 um para un dk de 125. Según este estudio, la difusión de oxígeno está asegurada por debajo de estos valores. Estos resultados son algo más bajos que los propuestos por Michaud.

¿Como valorar esta separación?

Existen varias técnicas para comprobar la separación entre la lente y la córnea. 

1ª Técnica: Fluoresceína

La primera y más básica consiste en instilar fluoresceína y comprobar que no hay toque en la córnea. Para esta técnica los aumentos de lámpara de hendidura deben ser bajos y se debe utilizar el filtro azul cobalto de la lámpara y filtro amarillo sobre la parte posterior del sistema óptico de la lámpara para aumentar el contraste. Como todos sabemos, un apoyo de la lente sobre la córnea será visto como una zona negra al evaluar el fluorograma debido a la ausencia de fluoresceína. Por lo que el objetivo de esta técnica será evaluar posibles zonas oscuras de una forma relativamente fiable. Esta técnica tiene una limitación demasiado importante, ya que se puede dar el caso de que la separación entre la lente y la córnea sea menor de 20 um. En este caso no somos capaces de percibir el leve brillo de la fluoresceína. Tendremos la sensación de que hay toque cuando realmente no existe como tal. En cualquier caso, solo es útil para saber si la lente toca la córnea o no. 

2ª Técnica: Sección óptica

La segunda de las técnicas para evaluar la separación lente-córnea es utilizar una sección óptica con luz blanca en la lámpara de hendidura. Instilando previamente a la inserción unas gotas de fluoresceína sobre el suero fisiológico de la lente. Con esta técnica observaremos la separación entre la lente y la córnea de color verde (debido a la fluoresceína) y la compararemos con otra separación de espesor conocido. Podemos asumir que el grosor medio corneal central es de 550 um. Así, al comparar una distancia (lente-córnea) con la otra (espesor corneal) podemos hacernos una idea relativa de cuanta separación existe. En este supuesto cometemos un error muy importante. No todas las córneas tienen la misma paquimetría y además, la paquimetría aumenta conforme nos acercamos al limbo, por lo que no es uniforme completamente. Mucho menos si nos encontramos con casos como el queratocono. El espesor en el ápex corneal se puede ver dramáticamente reducido en los grados más avanzados de la enfermedad. Por lo que debemos ser cautos al utilizar esta referencia (córnea) debido a su gran variabilidad. Para evitar esta limitación es aconsejable comparar la bóveda entre la lente y la córnea con el espesor de la lente de contacto, en vez de con la córnea. Utilizaremos para ello la misma técnica de iluminación que si quisiéramos comparar con la córnea. Pero ahora nos fijaremos en las líneas de la cara anterior y posterior de la lente situadas en la parte más anterior. Dependiendo de un fabricante u otro, el espesor central de la lente escleral podrá variar entre 250 um y 400 um. Nada más fácil que contactar con el fabricante para que nos informe de este dato. Así podremos utilizar esta referencia con mayor fiabilidad debido a su estabilidad y precisión.

3ª Técnica: OCT

El tercer método para la evaluación de la bóveda corneal es mediante OCT. Sin duda, una de las técnicas más precisas que podemos utilizar en la práctica clínica hoy en día. La tomografía ocular permite una medida directa de la separación lente-córnea con un error totalmente asumible. No solo es útil para comprobar la bóveda, sino también para controlar el espesor de la lente.

¿Cómo valorar la estabilidad de la adaptación? 

Las lentes esclerales deben, por tanto, quedar separadas de la córnea unas 200 um aproximadamente (150 um como mínimo). Pero, ¿puede variar esta separación a lo largo del día?. En un estudio realizado por la Pacific University (2012) adaptaron varias lentes esclerales y calcularon la diferencia en la separación entre la lente y la córnea justo al insertar la lente y pasadas 8 horas. Los resultados mostraron una disminución en el abovedamiento de aproximadamente 100 um. Es decir, al adaptar lentes esclerales debemos dejar inicialmente una separación mayor de la que realmente buscamos como aceptable. Con el uso, la lente se acercará al ojo.

Las lentes esclerales necesitan tiempo para asentarse. Debemos esperar unos 20-30’ para realizar la primera valoración. Posteriormente, volver a revisar al paciente con entre 4 y 6 h de uso para comprobar la disminución de sagita que debemos esperar. Normalmente, dejaremos las lentes de prueba para valorar la adaptación antes de pedir las lentes definitivas. Si obtenemos una sobrerefracción muy alta y el paciente necesita ausentarse, podemos colocar una lente hidrofílica sobre la lente escleral con la sobrerefracción obtenida. Así, el paciente se sentirá más cómodo durante este periodo de prueba.

Esto debemos tenerlo en cuenta al realizar revisiones de seguimiento y asegurarnos de que con el uso se siguen cumpliendo los requisitos de separación mínima lente-córnea. En el caso de que tengamos que aumentar la bóveda, elegiremos la sagita inmediatamente superior o el siguiente radio más cerrado.

Si tienes dudas acerca de la adaptación de lentes esclerales, no dudes en ponerte en contacto vía email o redes sociales, el profesor Diego López estará encantado de ayudarte.

Dudas comunes de no usuarios II

Después de resolver parte de las dudas comunes de no usuarios en la entrada anterior, seguimos desgranando todas las cuestiones que os surgen.

Las lentes de contacto esclerales son una de las mejores alternativas para corregir todo tipo de defectos visuales, desde sencillos hasta los más complicados. Por este amplio abanico de circunstancias, suscitan muchas dudas, os seguimos resolviendo algunas de las más comunes de no usuarios.

Me resultan molestas las gafas cuando salgo a correr, y las lentes de contacto blandas no las tolero

Las lentes oftálmicas pueden resultar molestas, se empañan, se ensucian, nos caen, … Por ello, para ganar comodidad, se recomienda el uso de lentes de contacto. Dentro de las lentes de contacto, las esclerales, por sus características, son ideales para mejorar el confort y reducir la sequedad ocular. Por ser su diámetro más grande, no se apoyan sobre la superficie de la córnea, sino sobre la esclera. Ello permite mayor comodidad y confort en la adaptación. Entre otros beneficios, también permiten reducir la sensación de sequedad ocular que nos provoca el aire. Sin duda, una de las aplicaciones de las lentes esclerales importante es la de mejorar la sensación de ojo seco. 

Las lentes esclerales son para miopías elevadas o problemas en córnea 

Cualquier miopía de baja graduación puede compensarse mediante la adaptación de lentes de contacto blandas. Pero, no todas las lentes de contacto para miopía proporcionan la misma comodidad y calidad visual para el paciente. Y, además, tienen la ventaja de qué se pueden adaptar con alta graduación. Son una alternativa ideal para cualquier graduación y en aquellas situaciones en que por molestias u otras causas se desea prescindir de las gafas de vista.

Me operé de cirugía refractiva y ya no puedo usar lentes de contacto

Uno de los síntomas que más frecuentemente perciben los pacientes tras la intervención de cirugía refractiva es la sensación de sequedad ocular. Y el motivo es porque por la aplicación del láser sobre la córnea se destruye el tejido nervioso corneal, el cual tarda un tiempo en poder regenerarse. No obstante, es conveniente ante cualquier sensación de sequedad ocular tras la cirugía refractiva instilarse lágrima artificial o lubricante ocular. Las lentes esclerales tras cirugía refractiva son un tratamiento recomendable para paliar los síntomas de ojo seco debido al reservorio de lágrima que nos proporcionan. Sobre todo, en los casos en los que la sequedad es crónica.

Tengo trasplantada la cornea y no puedo usar lentes de contacto

Las gafas no mejorarán la visión después del trasplante de córnea en la mayoría de los casos. Y ello, es debido a que los pacientes intervenidos de queratoplastia presentan elevados grados de astigmatismo irregular. Además, como el astigmatismo irregular es corneal, la alternativa de elección es la adaptación de una lente de contacto. Pero, tampoco cualquier adaptación de lente de contacto es aconsejable después de un trasplante corneal. De hecho, comúnmente se ha aconsejado la adaptación de las lentes de contacto rígidas corneales, pero estas con frecuencia resultan molestas. Las lentes de contacto esclerales, no se apoyan sobre la córnea, por lo que inducirán mayor comodidad en el porte. Otra razón, quizás más importante, es que no hay apenas límites de parámetros. Es decir, cuando la córnea presenta grandes irregularidades, una lente corneal no podrá adaptarse. Se moverá mucho, se caerá y la visión será inestable. Sin embargo, una lente escleral sí la podremos adaptar. Casi sin límites de parámetros, consiguiendo una visión mucho más estable.

Esperamos que os hayamos resuelto alguna de las dudas más comunes que teníais. Si tienes más cuestiones acerca de estos temas o de otros, déjanos tu consulta en comentarios y el profesor Diego López te responderá.

Dudas comunes de no usuarios I

Ya conocéis las lentes esclerales, pero hay una serie de dudas comunes de no usuarios que hoy vamos a desarrollar.

Como ya sabes, las lentes de contacto esclerales son una de las alternativas de elección para corregir diferentes defectos visuales. Tienen la ventaja de que permiten la independencia de las gafas, cubren altas graduaciones y se adaptan a diferentes córneas mejorando así la calidad visual. Pero, si aun así, tienes dudas, hoy te respondemos a algunas de las más frecuentes.

Nunca encontré una lente de contacto que me resultara cómoda 

En el caso de las lentes de contacto esclerales, su adaptación difiere respecto al resto de lentillas. Así, por ejemplo, las lentes convencionales se adaptan sobre la córnea. Sin embargo, las lentes de contacto esclerales, como su propio nombre indica, se adaptan sobre la esclera del paciente. Por dicho motivo, al ser su diámetro más grande, aporta mucha más comodidad. Las lentes esclerales son una alternativa para aquellas personas que tienen intolerancia a otras lentes de contacto. De hecho, cuando no puedes usar lentes blandas, las lentes rígidas son las más recomendables.

Probé lentes de contacto rígidas convencionales y son muy incómodas, las esclerales son iguales

Las lentes esclerales son unas lentes rígidas que, a diferencia de las tradicionales, se apoyan sobre la esclera y no sobre la córnea. Por dicho motivo, además de mejorar la calidad visual, proporcionan mayor confort al paciente. Comodidad que repercutirá en todas las tareas cotidianas realizadas en el día a día.

No tolero las lentes de contacto por qué tengo ojo seco

Las lentes esclerales, por su mayor diámetro, permiten que la lágrima se mantenga durante más tiempo. Ello retrasa la evaporación de la lágrima, por lo que mejora la calidad visual del paciente. Pero, sobre todo, evita la incomodidad, molestias y el ojo rojo. Por todo esto, son la mejor opción para pacientes con ojo seco.

Tengo queratocono e intenté adaptar lentes de contacto rígidas, pero me resultan muy molestas

Cómo las lentes de contacto esclerales no apoyan sobre la córnea son recomendables para mejorar la visión en el queratocono. Su adaptación mejorará el confort al llevar las lentes de contacto, y además la visión del paciente. De hecho, es una de las aplicaciones clínicas de las lentes de contacto esclerales.

Pronto tendréis una segunda parte de «Dudas comunes de no usuarios». Mientras tanto, si tienes más cuestiones acerca de estos temas o en otros casos, déjanos tu consulta en comentarios y el profesor Diego López te responderá.

Enfermedad de Graves y lentes esclerales 

La enfermedad de Graves es un trastorno autoinmune que se conoce más comúnmente como hipertiroidismo. Esta enfermedad se define por el aumento de la síntesis de la glándula tiroides y la producción de la hormona tiroidea.

Las hormonas tiroideas afectan a muchos sistemas orgánicos, por lo que los signos y síntomas de la enfermedad de Graves pueden ser muy variados. Aunque puede afectar a cualquiera, es más común entre las mujeres. Alrededor de 1/2000 mujeres por año se ven afectadas por la enfermedad de Graves y ocurre de 5 a 10 veces menos en los hombres. Tiene un inicio máximo entre los 40 y los 60 años de edad. 

Cómo afecta la enfermedad de Graves

Los pacientes con enfermedad de Graves a menudo presentan fatiga, debilidad, intolerancia al calor, pérdida de peso, taquicardias o temblores. A nivel ocular, pueden presentar oftalmopatía; una de las características clínicas principales y potencialmente graves.

Los pacientes con oftalmopatía de Graves pueden ser muy difíciles de manejar debido a la naturaleza compleja de la presentación de su enfermedad. Estos pacientes pueden presentar una variedad de hallazgos oculares que incluyen: retracción palpebral, hinchazón periorbitaria y palpebral, quemosis, hiperemia conjuntival, proptosis, neuropatía óptica, miopatía restrictiva, queratopatía por exposición y/o queratoconjuntivitis seca. Aproximadamente el 60 % de los pacientes con enfermedad de Graves desarrollan oftalmopatía de Graves y el 85 % de los pacientes con oftalmopatía de Graves presentan enfermedad de la superficie ocular.

Fases y tratamiento de la oftalmopatía de Graves

La oftalmopatía de Graves cursa en dos fases que son relativamente independientes de la función tiroidea: una primera fase llamada fase activa y otra segunda fase conocida como fase inactiva o fibrosis. 

Los objetivos principales del tratamiento de la enfermedad de Graves se centran en reducir la cantidad de hormonas tiroideas que produce el organismo y disminuir la gravedad de los síntomas. 

El tratamiento de la oftalmopatía dependerá fundamentalmente de la fase en que se encuentre la enfermedad y del nivel de afectación ocular que tenga el paciente.

En el inicio de la enfermedad se aconsejan medidas de protección del ojo, como pueden ser gafas de sol, uso de lágrima artificial, y gel humectante por las noches. A veces conviene utilizar un antifaz para dormir para evitar la erosión de los ojos por exposición.

En su fase activa se controla con corticoides y, en casos más severos, se hace necesaria también cirugía. Esta siempre tendrá lugar en la segunda fase.

Lentes esclerales y oftalmopatía de Graves

Los diseños de lentes esclerales han sido importantes en el tratamiento de córneas irregulares y regulares, y en el tratamiento de enfermedades de la superficie ocular.

Los pacientes con oftalmopatía de Graves suelen presentar una alteración avanzada de la superficie ocular que puede provocar complicaciones e irregularidades en la córnea. Estos pacientes, que a veces también requieren corrección refractiva, pueden tener dificultades para lograr una calidad de visión aceptable con los tratamientos tradicionales. Aunque las lentes de contacto de diámetro más pequeño funcionan bien para muchos pacientes, su capacidad de depósito de lágrimas es limitada, sin embargo, las lentes de contacto esclerales pueden producir un depósito de lágrimas mucho mayor, lo que reduce la alteración mecánica de la superficie ocular. 

Cuando la córnea se vuelve más irregular, el proceso de ajuste se vuelve más complejo. Una lente escleral está especialmente indicada en córneas irregulares para crear una superficie refractiva más suave y evitar la presión sobre el vértice corneal, minimizando así la cicatrización. Incluso con la máxima terapia tópica y sistémica, las condiciones oculares de estos pacientes pueden ser difíciles de manejar. Con la opción de diseños de lentes esclerales, los pacientes ahora tienen la opción de proteger la córnea y ofrecer una mejor visión. Los lentes de contacto esclerales permiten un ajuste y una visión exitosos y cómodos en pacientes con córneas complejas. Estas lentes también sirven como reservorio de líquido pre corneal que brinda corrección óptica mientras rehabilita la superficie ocular.

Consulta a tu contactólogo de confianza para que realice un estudio de tu córnea y esclera. Este elegirá la lente escleral personalizada más conveniente para ti.

¿Te acuerdas de todos los eventos del prof. Diego López-Alcón?

Eventos del prof. Diego López-Alcón

¿Te acuerdas de todos los eventos del prof. Diego López-Alcón? Empiezan las formaciones del 2023 del prof. Diego López-Alcón. Pero antes, queremos repasar todas las jornadas formativas que tuvieron lugar el pasado año, y en las que el prof. Diego López-Alcón estuvo presente. Como profesional en la adaptación de lentes de contacto esclerales, tiene mucha experiencia en la materia. Ello presenta la ventaja de que está al día con las últimas novedades en contactología. Por dicho motivo, las ponencias, conferencias y cursos que imparte sobre lentes esclerales contribuyen a mejorar las capacidades profesionales de los asistentes. Su dilatada experiencia hace que sea invitado en multitud de eventos, no solo nacionales, sino también internacionales, para impartir cursos sobre la materia.

El año empezó en febrero con un webinar en Optoacademy sobre lentes de contacto en superficie irregular, junto a Karen Carrasquillo, Patricia Flores, Edward Carmona y Javier Rojas.

En marzo impartió un curso presencial en Murcia: “Curso Básico de Lentes Esclerales”. Ha sido un curso de plazas reducidas, por lo que ha sido personalizado y adaptado a cada asistente. Con ello se consigue que cada profesional pueda sacarle el máximo partido. Además, este mes lo pudimos ver también en el Forum de Claravisión como parte de la representación de AECSO. ¿Sabéis que es AECSO? AECSO es la primera Asociación Española de Contactología y Superficie Ocular, la cual nació en estos meses del año y de la que el prof. Diego López-Alcón forma parte.

Eventos del prof. Diego López-Alcón

En abril, lo pudimos ver en el Optom 2022, presentando el curso monográfico: “Los Errores que Cometí en la Adaptación de Lentes de Contacto” con un destacado número de asistentes. También este mes, acudió a Barcelona para participar como ponente en el 48th EFCLIN Congress and Exhibition, congreso internacional organizado por la Federación Europea de la Industria de Lentes de Contacto e Intraoculares.

En mayo participó en otro evento internacional para concienciar sobre la miopía, el “Myopia Awareness Week”. Todo esto en medio de la organización del primer congreso de AECSO.

En julio tuvo el honor de ser padrino de la 10ª promoción de óptica y optometría de la Universidad de Murcia, junto con Francisco Lara.

Después del verano, organizó el curso presencial: “Aspectos Actuales en Visión Infantil” impartido en Águilas, Murcia. Y, ya en octubre, y con mucho trabajo detrás, tuvo lugar el primer Congreso de Contactología y Superficie Ocular, organizado por AECSO. Congreso que ha sido todo un éxito y en el que Diego impartió un taller de lentes esclerales junto con Laura Batres. En este mismo mes acudió, como dinamizador del evento, al XVIII Fórum de Contactología de Barcelona.

Empezó noviembre impartiendo un curso presencial en Madrid: “Curso Avanzado de Lentes Esclerales”. Y, este mismo mes, continuó impartiendo formaciones en Bilbao con el curso: “Topografía Corneal y Lámpara de Hendidura”.

Ya en diciembre, participó en el debate de Optoacademy sobre “Exploración de la Superficie Ocular en Usuarios de Lentes de Contacto”, junto a Gonzalo Carracedo y Javier Rojas.

Como sabéis, la formación en óptica y optometría es esencial para proporcionar un servicio de calidad a los pacientes. Pero, no solo es suficiente con la obtención de la carrera, la formación continuada es un pilar fundamental para estar constantemente adquiriendo conocimientos, y, sobre todo, en el ámbito de la contactología. Dentro de esta disciplina, las lentes esclerales son una opción fundamental, lo que hace necesaria la formación continua. 

Medidas de polo anterior para lentes esclerales

Medidas de polo anterior para lentes esclerales

Una de las principales limitaciones a la hora de adaptar lentes esclerales, ha sido la escasez de datos en la toma de medidas de polo anterior para lentes esclerales. La escasa información existente para describir de forma exacta el segmento anterior del ojo. Hasta ahora, la información más detallada de la superficie ocular era obtenida a partir del topógrafo. La topografía corneal es una prueba diagnóstica, no invasiva, que se utiliza para conocer las características de la córnea. Con este método, medimos la curvatura y la forma de la superficie anterior de la córnea, basado en el análisis computarizado de las imágenes obtenidas por videoqueratoscopia. Aunque estos datos son realmente precisos, la información para la adaptación de lentes esclerales es incompleta, ya que no aporta todos los datos necesarios.

El tamaño máximo de una lente escleral está definido por la posición de la inserción de los músculos extraoculares sobre la esclera respecto al limbo.
Cada ojo es diferente, y los diseños de las lentes esclerales pueden variar para amoldarse a las características individuales de forma, tamaño y profundidad ocular. Por ello, cuanta más información tengamos de esta estructura ocular, más precisa será la adaptación de las lentes. Como hemos dicho, una topografía solo corneal no es suficiente.

La topografía ha ido evolucionando durante los años en diferentes aspectos. Ahora, es posible la medición del contorno esclerocorneal y la profundidad sagital. Esto puede ayudar a predecir la profundidad y la forma requerida de una lente escleral inicial. Tienen el potencial de proporcionar información directa e indirecta para la correcta adaptación.

Contorno esclerocorneal:

Numerosas investigaciones han dado luz para entender cómo es en realidad el perfil que forma la unión entre la córnea y la esclera. 

Teóricamente, podríamos pensar que el perfil de la unión entre la córnea y esclera tiene una forma marcada o cóncava, ya que el ojo es como un globo. Sin embargo, la unión parece asemejarse más a una línea recta en la mayoría de los casos.

De diversos estudios se concluye que la esclera es mucho más irregular y asimétrica conforme nos alejamos del limbo. Así, una misma geometría de lente escleral tendrá un comportamiento totalmente diferente si lo adaptamos con un diámetro de 16,00 mm y de 19,00 mm. Otro aspecto importante que se deduce de los estudios, es que la porción nasal es más plana que en los demás cuadrantes. Al ser más plana, la elevación sagital es menor. Se tiende a encontrar mayor presión de la lente en la escleral nasal que en la temporal. Esto puede inclinar la lente y descentrarla temporalmente debido a la diferencia de sagitas. Por todo ello, es muy importante tener en cuenta la sagita para una correcta adaptación.

Sagita:

La sagita geométrica de una superficie curvada es la distancia que hay entre el centro de su arco y una cuerda determinada. Depende del radio de curvatura, de la asfericidad de la superficie y del diámetro de la cuerda seleccionada.

Al adaptar lentes esclerales, tenemos muy en cuenta la sagita. Es el parámetro que mejor describe las características necesarias para controlar el abovedamiento de la lente sobre la córnea. Una lente escleral debe tener mayor sagita que la sagita ocular para crear el menisco lagrimal necesario. Esto es imprescindible para evitar así el contacto sobre la córnea.

Según los estudios, se puede considerar que la altura sagital en ojos normales y con queratocono es muy similar. El valor aproximado es de 2000 micras. Esos resultados resaltan que las diferencias de altura sagital entre un ojo normal y un ojo con queratocono se producen en la córnea anterior y no en la periférica, ni en la esclera anterior. Entonces, si se dispone de un equipamiento que pueda medir la altura sagital corneal en la cuerda de 10,0 mm. También se puede calcular el valor aproximado de la sagita total ocular para un diámetro escleral de 15,0 mm (diámetro que coincide con el de una gran variedad de diseños de lentes esclerales). Para ello sumaríamos el valor en micras de la sagita medida a 10,0 mm y la constante asumida de 2000 um.

Aparatos de medida:

Para medir la sagita del globo ocular , se utilizan diferentes aparatos y técnicas. Como hemos dicho, se puede calcular la sagita para la cuerda de 15,0 mm midiendo con un topógrafo la sagita para la cuerda de 10,0 mm y sumándole posteriormente el valor de 2000 um. Aunque existe mucha variabilidad, puede ser una aproximación válida. A través de OCT, también se puede calcular la sagita total ocular. En este caso, la limitación principal viene determinada por el diámetro de cuerda que podamos seleccionar. No todos los tomógrafos son capaces de alcanzar una cuerda de 15,0mm.

Recientemente, han aparecido dos dispositivos capaces de medir la elevación del polo anterior ocular (eaglet-eye® y sMap3D®). Con esta tecnología aparece un nuevo concepto llamado “perfilometría” capaz de medir el perfil esclerocorneal hasta 22,0 mm.

La perfilometría óptica es un método basado en interferometría sin contacto para caracterizar la topografía de superficie y poder mapear las superficies corneal y escleral. Las técnicas de perfilometría son capaces de obtener imágenes más allá de una cuerda escleral de 20 mm. Gracias a esta técnica, es posible extraer información específica sobre la forma de la córnea y la conjuntiva-esclera, basándose en los mapas generados por el perfilador.

La perfilometría, nos permite seleccionar el diseño más adecuado del área periférica de la lente. Con ello, se obtiene un mejor apoyo y una correcta estabilidad de la lente. 
Aunque son aptos para valorar la sagita en multitud de cuerdas, la toricidad escleral y otros parámetros, esta tecnología es todavía muy joven. No puede ser aplicada de forma estandarizada a todos los diseños de lentes esclerales con simples fórmulas y reglas.

Gracias a estos avances, se puede afirmar que las lentes esclerales diseñadas por un modelo matemático son una alternativa terapéutica segura y útil en casos de lentes de contacto de difícil pronóstico. Además, con el continuo avance tecnológico en los topógrafos de elevación corneal y escleral combinados, es posible obtener una visión más global de la superficie escleral con un moldeado personalizado en la lente elegida.

Estos avances han permitido nuevas adaptaciones exitosas de lentes esclerales, personalizando aún más los diseños existentes por parte de los laboratorios.
Pese a todo, todavía se siguen necesitando numerosos estudios que avalen todo lo aportado hasta la fecha para conseguir en un futuro mejor calidad y mayor cantidad de adaptaciones exitosas de lentes esclerales.

Si tienes dudas acerca de la adaptación de lentes esclerales, ponte en contacto con nosotros. El profesor Diego López Alcón estará encantado de ayudarte.

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¿Qué son las ectasias corneales? 

Hoy os queremos hablar sobre las ectasias corneales, pero para ello, primero os explicaremos qué es la córnea.

La córnea es una estructura del ojo que permite el paso de la luz desde el exterior en el interior del ojo y protege el iris y el cristalino, además de otras estructuras oculares. Posee propiedades ópticas de refracción y para garantizar su función tiene que ser transparente y es necesario que mantenga una curvatura adecuada.

Cuando se produce un adelgazamiento progresivo del grosor y, en consecuencia, un aumento de la curvatura natural de esta superficie, se origina una enfermedad ocular degenerativa denominada ectasia corneal.

Esta patología se puede generar por causas naturales, después de una cirugía refractiva contraindicada o por un traumatismo ocular.

¿Qué tipos de ectasia existen?

  • Queratocono: Es el tipo más común de deformación de la córnea y afecta a una de cada dos mil personas. En este tipo de ectasia, la forma de la córnea se va volviendo gradualmente cónica, el que provoca debilidad visual.
  • Degeneración marginal pelúcida: Aunque es menos frecuente, es más fácil de detectar que el queratocono. Se produce en la zona inferior de la córnea y se presenta en forma de bulto, generalmente en un solo lado, y ocasiona visión borrosa.
  • Queratoglobo: Es la afección más grave pero la menos frecuente. La córnea va adquiriendo la forma de un globo hinchado y el usual es que se deforme por los dos lados. Los pacientes con esta patología pueden acabar necesitando un trasplante de córnea.
  • Ectasia post-Lasik: Puede aparecer después de varios años de una cirugía Lasik a causa de un inadecuado estudio de viabilidad del caso prequirúrgico. En esta situación, la córnea se va deformando progresivamente y provoca un aumento de la refracción miópica y, además, puede estar vinculada al astigmatismo irregular.

¿Qué síntomas puede provocar una ectasia corneal?

Aunque existen diferentes tipos de ectasia corneal, todas suelen presentar los mismos síntomas. Generalmente son:

  • Visión borrosa
  • Manchas o sensación de destellos luminosos.

Ante cualquiera de estos síntomas es recomendable acudir a nuestro óptico optometrista de confianza para tener una detección precisa, puesto que la enfermedad no se suele detectar hasta que se encuentra en una etapa muy avanzada.

¿Cuáles pueden ser sus causas?

La principal causa de ectasia corneal tiene un origen genético. Puede aparecer si un familiar lo ha sufrido con anterioridad y, en este caso, suele manifestarse entre los 20-30 años y progresar hasta los 50. Otra de las posibles causas es la de sufrir un traumatismo a la córnea.

Ahora bien, el riesgo de sufrir ectasia, puede aumentar por los siguientes factores y/o motivos:

  • Frotarse los ojos de manera recurrente.
  • Cirugía ocular.
  • Uso de lentes inadecuadas.
  • Traumatismo ocular.
  • Factor hormonal.

¿Cómo ayudan las lentes esclerales en casos de ectasia corneal?

Hoy en día las lentes esclerales son la mejor opción para casos de ectasia corneal.

El depósito de lágrima que queda entre la lente de contacto escleral y la córnea proporciona la neutralización óptica de las irregularidades corneales, hidratación corneal en enfermedades de la superficie ocular y alta calidad óptica para aplicaciones visuales y terapéuticas. 

Además, la lente de contacto escleral no es molesta ya que no apoya sobre la córnea, sino sobre la esclera, lo que produce una sensación de comodidad mucho mayor que la lente de contacto rígida gas permeable convencional.

¿No encuentras a tu profesional especializado en lentes esclerales? ¡Hazlo en nuestro buscador! Si tienes cualquier duda o pregunta, puedes dejarnos un comentario en esta entrada del blog, y Diego López Alcón la contestará.

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¿Qué es el astigmatismo?

El astigmatismo consiste en una imperfección en la curvatura de la córnea o en el cristalino, las dos zonas del ojo que cuentan con una superficie lisa. En el caso de los ojos con astigmatismo, no presentan la misma curvatura en todas las direcciones.

Esto hace que, si la córnea o el cristalino no están lisos o no tienen una curvatura homogénea, los rayos de luz no se refractan correctamente. Por tanto, la visión acaba siendo borrosa o distorsionada.

Además, también os queremos comentar que el astigmatismo es totalmente compatible con otras deficiencias visuales, como la miopía o la hipermetropía. Es decir, que una persona que tenga astigmatismo, también puede ser miope.

¿Cuáles son los principales síntomas del astigmatismo?

  • Visión borrosa.
  • Áreas de visión distorsionada.
  • Dolores de cabeza frecuentes.
  • Peor visión cuando hay poca luz.
  • Picores y escozores en el ojo.
  • Cansancio Visual.

¿Cuáles son las posibles causas de que una persona sea astigmata? 

La causa principal del astigmatismo es debido a un factor hereditario, es decir, que puede estar determinado por genética. Además de esta, también puede deberse a:

  • Factores hereditarios.
  • Patologías de la córnea, como el queratocono.
  • Debido a traumatismos.
  • Debido a otras enfermedades o lesiones.
  • Debido a intervenciones quirúrgicas relacionadas con la visión.

¿Cómo se diferencian los tipos de astigmatismo?

Existen varias maneras de clasificar este defecto visual, aunque la más común, es la siguiente:

·       Astigmatismo Simple: El Astigmatismo Simple es el que aparece en un solo eje.

·       Astigmatismo Compuesto: El Astigmatismo Compuesto es el que, además de afectar a un eje, se asocia a otras imperfecciones de la visión habituales como, por ejemplo, la miopía o la hipermetropía.

·       Astigmatismo Mixto: El Astigmatismo Mixto es el que se produce cuando un eje enfoca por delante de la retina, es decir, miópico; y otro lo hace por detrás de la misma, o sea, hipermetrópico.

Uso de lentes esclerales en casos de astigmatismo

El astigmatismo, puede presentarse acompañado de una miopía o hipermetropía. Por este motivo, es primordial elegir la mejor lente de contacto. 

Además, en algunas situaciones, si se padece astigmatismo irregular, la visión se encontrará mucho más limitada, y las gafas no producirán ningún beneficio.

Como otras lentes de contacto para astigmatismo, las lentes esclerales se adaptan sobre la superficie ocular. Sin embargo, no apoyan directamente sobre la córnea, sino sobre la esclera. Dicha adaptación tiene múltiples beneficios en el confort del paciente y en su visión.

Al ser el apoyo escleral hace que la lente no gire. El motivo es porque la mayoría de las escleras tienen una forma más o menos tórica en promedio. El beneficio principal que implica es que la lente no gira. Y, por lo tanto, que la agudeza visual del paciente será perfecta y estable todas las horas de uso. No como sucede con las lentes hidrofílicas, que suelen moverse, rotar y por eso la visión es peor.

¿Te gustaría valorar las lentes de contacto para tu astigmatismo? Encuentra a tu profesional de la visión en nuestro buscador de profesionales, donde encontrarás a tu especialista más cercano.