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Factores que el profesional debe tener en cuenta al manipular las lentes

Factores que el profesional debe tener en cuenta al manipular las lentes

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Vamos a ver con detalle los factores que el profesional debe tener en cuenta al manipular las lentes esclerales. En ocasiones, una buena adaptación de lentes de contacto se puede ver afectada por hábitos incorrectos, convirtiéndola en fracaso.

Repasemos cuáles son las principales técnicas de inserción y extracción de lentes esclerales.

Factores a tener en cuenta en la inserción

El objetivo es colocar la lente en el ojo sin que exista ninguna burbuja bajo la lente. La aparición de burbujas es debida en la gran mayoría de los casos por una incorrecta inserción de la lente. Ya sea porque no hemos llenado la lente con suficiente suero fisiológico, o porque se ha movido el ojo y/o la mano justo antes de entrar en contacto la lente con el ojo. Para evitar esta complicación, debemos llenar completamente la lente con suero fisiológico monodosis. El paciente debe estar cómodamente inclinado hacia delante hasta colocar la cara paralela al suelo. Previamente, debemos asegurarnos de que la lente esté limpia y desinfectada. Aclarar la lente con solución salina para eliminar los restos de líquido que pueda contener algún tipo de conservante. 

El paciente debe estar sentado sobre una silla con elevador que se pueda adaptar a las diferentes alturas tanto de los pacientes como de los contactólogos. Instruiremos al paciente para que se incline hacia delante, acerque la barbilla al cuello y mire hacia abajo. Siempre con la mirada fija en un punto que le sirva de referencia para mantener el ojo quieto. Si somos diestros, nos colocaremos a la derecha del paciente. Desde esa posición podemos acceder con mayor facilidad a cualquiera de los dos ojos utilizando nuestra mano dominante. Apoyaremos el antebrazo izquierdo sobre la cabeza del paciente para sujetar el párpado superior y ayudar al paciente a mantener la posición de su cabeza inclinada correctamente. 

Cogeremos la ventosa de inserción con el dedo pulgar e índice. De esta forma tendremos mayor precisión y control durante el proceso. Sujetamos el párpado inferior con el dedo corazón de la mano derecha y colocamos la lente directamente sobre el ojo.

Es importante realizar este movimiento de forma suave. Si apretamos demasiado podemos aumentar el efecto de succión que tienen las lentes esclerales sobre el ojo y falsear la adaptación. Además de ser molesto e incómodo para el paciente. Si estamos colocando la lente con unas gotas de fluoresceína para la valoración inicial, debemos tener cuidado con el líquido sobrante que cae tras la inserción de la lente. Este líquido puede manchar la ropa del paciente y se puede convertir en una situación realmente desagradable. 

Para prevenir esta molestia podemos utilizar una capa como las utilizadas en peluquería. Otra opción es entregar al paciente unos pañuelos que colocará el mismo bajo sus ojos para absorber ese líquido sobrante. Si no empleamos capa, el paciente sujetará únicamente los pañuelos bajo sus ojos. Es importante que separare las piernas para evitar que caiga fluoresceína sobre ellas y así evitar que se manche la ropa.

Al poner una lente escleral la cabeza debe estar inclinada hacia delante de forma paralela al suelo, si pega la barbilla al cuello la cabeza baja un poco más.

Factores a tener en cuenta en la extracción

Durante su uso, las lentes esclerales se adaptan al ojo disminuyendo la sagita inicial y produciendo un efecto de succión. Esto hace que no sea recomendable quitar la lente sin haber eliminado esa succión producida por el uso.

Para eliminar la succión, hay que introducir una burbuja bajo la lente. Para ello, el paciente debe mantener una posición recta y no inclinada como durante la inserción. Con la ayuda del párpado inferior presionaremos en la esclera inferior, justo bajo la lente, para que al separar la esclera de la lente se introduzca por sí sola la burbuja. Esto además será un indicativo de la adaptación, ya que si cuesta mucho trabajo introducir la burbuja significa que la lente está demasiado ajustada.

Ahora cogemos la ventosa. Para quitar una lente escleral del ojo con la ventosa de 45º, la situaremos en el tercio inferior de la lente (recordemos que es muy importante que antes eliminemos la succión producida por el uso introduciendo unas burbujas bajo la lente). Una vez eliminada la succión de la lente, presionaremos con la ventosa de extracción en la parte inferior de la lente y retiraremos la lente mientras el paciente mira hacia el frente.

Las lentes esclerales no se deben retirar mediante el método de estirar los párpados horizontalmente con una mano, como el usado en lentes RGP corneales. El método aconsejado es siempre con ventosa, aunque con suficiente práctica, y si por cualquier circunstancia no tenemos ventosa, podemos extraer la lente con la ayuda de los dedos sobre los párpados y presionando sobre los bordes de la lente en su parte superior e inferior, como en el método clásico de RGP corneales.

Esperamos que os haya resultado útil esta información. Si tienes alguna duda acerca de los factores que el profesional debe tener en cuenta al manipular las lentes, o de otro tema, déjanos tu consulta en comentarios y el profesor Diego López te responderá.